El número de estudiantes de fabla aragonesa aumentó un 20% en 2013

En total, 405 personas asistieron a clases de aragonés en nuestra comunidad durante el curso 2012-2013. Una cifra que, el año académico anterior, se situó en 338 alumnos. A día de hoy, 327 personas cursan estudios de esta lengua en Aragón. 

I. P. I.

El mismo año en que el Gobierno de Aragón decidió bautizar oficialmente al aragonés con el nombre de LAPAPYP, el número de personas apuntadas en cursos de fabla en nuestra comunidad aumentó un 20%. Según el registro que anualmente lleva a cabo la asociación Ligallo de Fablans de Zaragoza, entre septiembre de 2012 y septiembre de 2013, 405 personas asistieron a alguno de los 24 cursos de fabla que se realizaron en distintas localidades aragonesas. 67 alumnos más que los registrados en el curso 2011-2012.

Los últimos datos de ese registro señalan que, a día de hoy, en Aragón hay 327 alumnos matriculados en cursos de aragonés. “Una cifra muy positiva, pero no definitiva, ya que tenemos que ver qué pasa con los cursillos de verano”, explica Chesús Almudévar, uno de los responsables del registro. De las 16 localidades aragonesas en las que podemos encontrar cursos de fabla, Zaragoza es la que aglutina a un mayor número de estudiantes –149–. Le siguen Ejea de los Caballeros, con 22 alumnos; Calatayud, con 15; Barbastro y Sabiñánigo, con 14; y Canfranc, con 13.

Graduación

Fiesta de graduación el año pasado en la asociación cultural Nogará-Religada

Los colectivos pequeños, factor clave

La asociación cultural Nogará-Religada es el colectivo que actualmente cuenta con un mayor número de alumnos de fabla tanto en Zaragoza como en todo Aragón: en total, 62 alumnos, distribuidos en cinco clases de niveles distintos. Cherardo Callejón, profesor de aragonés en esta asociación, asegura que, con respecto al curso pasado 2012-2013, el número de matriculaciones ha aumentado: “tenemos nueve nuevos alumnos”. Y afirma que el aumento del 20% en el número de alumnos se debe a los múltiples cursos que están desarrollando asociaciones pequeñas y profesores independientes por todo Aragón: “hasta hace poco, solo tres asociaciones grandes daban cursos de fabla; ahora, la oferta se ha atomizado mucho”, explica Cherardo Callejón.

Según Javier López, profesor de aragonés en la misma asociación, la mayor parte de los alumnos que acuden a las clases tienen entre 20 y 30 años. “Unos vienen por cuestiones nacionalistas; otros porque quieren ayudar a conservar esta lengua; y la mayoría por simple inquietud cultural, porque quieren conocer algo más de la historia y del patrimonio aragonés”, afirma este profesor.

Captura de pantalla 2014-01-22 a las 14.22.31

La asociación cultural O Trango, fundada en 2009 por varios estudiantes de Filología de la Universidad de Zaragoza, es un buen ejemplo de colectivo pequeño que organizan cursos de aragonés. En la actualidad, esta asociación está formada por seis filólogos que imparten dos clases de aragonés a la semana en el Centro Cívico Universidad de Zaragoza. 23 personas asisten a estos dos cursos. Una cifra mayor que la registrada hace un año –14 alumnos–.

“No hemos vuelto a superar la marca que conseguimos en el curso 2009-2010 (40 alumnos), pero nos conformamos con el hecho de que, año a año, la cifra de alumnos aumenta. Podría hablarse de un mayor interés por el aragonés”, afirma Marco Antonio Joven, profesor de fabla en O Trango.

Clase O trango

Clase de aragonés en el Consello d’a Fabla, en Huesca

Los veteranos discrepan

No obstante, no todos los colectivos comparten el punto de vista optimista de O Trango o Nogará. Chan Baos, presidente de Ligallo de Fablans, una de las primeras asociaciones que ofrecieron cursos de aragonés en Zaragoza, afirma que las cifras actuales no se pueden comparar con las de hace treinta años: “mientras que a finales de los 80 podías tener tranquilamente 100 alumnos; ahora, llegar a los 20 es todo un logro”. Chan Baos no achaca este descenso a un menor interés por el aragonés, sino a la decadencia de los movimientos asociativos: “a día de hoy, apuntarse a una asociación de cultura aragonesa y aprender fabla no tiene ningún beneficio más allá del cultural. Y ese incentivo, en época de crisis, no se tiene en cuenta”, asegura el presidente de Ligallo de Fablans. 

El mismo diagnóstico pesimista realiza Chusé Ignacio Navarro, presidente del Consello d’a Fabla Aragonesa, la primera asociación en defensa de la lengua aragonesa que surgió en nuestra comunidad –más exactamente, en Huesca, en 1978–. Al igual que el presidente de Fablans, Chusé Ignacio Navarro asegura que hay una gran diferencia entre los años 80 y el presente: “en el 89, por ejemplo,  llegamos a tener 60 alumnos; ahora, solo damos clase a 12”.

Nunca han existidoFabla

Donde no hay ningún tipo de discrepancia entre asociaciones es en el ámbito de las ayudas públicas para el fomento del aragonés. “Sencillamente no existen. Nunca ha habido una subvención económica destinada exclusivamente a colectivos que enseñan fabla y realizan actividades en aragonés. Las pocas ayudas que hemos conseguido nos las han dado por el simple hecho de ser una asociación”, asegura Marco Antonio Joven, profesor de O Trango. “Además, la única institución a la que actualmente te puedes dirigir en aragonés es El Justicia. En las demás, directamente se te ríen. Es bastante deprimente”, se lamenta Cherardo Callejón, miembro de Nogará-Religada.

 

Héctor Pérez: “La música es la pasión de mi vida, hay que creer en tu trabajo y dejarse el alma”

El joven cantante zaragozano Héctor Peréz acaba de grabar su primer disco

El joven cantante zaragozano Héctor Peréz acaba de grabar su primer disco

Héctor Pérez (Zaragoza, 1993) estudia tercero del Grado de Periodismo en la Universidad de Zaragoza, pero en esta entrevista hablamos sobre todo de su pasión por la música. Le gustaría algún día poder ganarse la vida con ella. Héctor ha estado recientemente en Madrid grabando su primer disco: “Billetes de ida y vuelta”.

JAVIER PUEYO

¿Te gusta el Periodismo?

Me gusta como oficio, no el periodismo que se hace actualmente.

¿Desde cuándo tienes esa vocación profesional?

Desde pequeño he sido muy suelto de palabra. Siempre me ha gustado expresar mi opinión, nunca me callo nada.

 ¿Qué campo dentro del periodismo te gusta más, quizá el deportivo o el cultural?

Si tuviera que elegir me quedaría con el periodismo de opinión, el de tipo cultural. La cultura es vital para la persona porque la forma en todos los aspectos. Por ejemplo, el leer es una forma de cultura.

  ¿En qué medio?

La prensa escrita. Me gusta leer el periódico en papel. No me va leerlo en Internet. Soporte en papel para todo: periódico, libros y cartas.

 Veo que tienes una devoción  total a la música ¿qué tipo de música haces?

Es difícil definirla. Prefiero que lo hagan otros. Está ligada a la poesía, a la canción de autor; yo mismo hago la letra. La letra tiene que decir algo, es algo que no puedo guardar dentro, algo que necesito sacar. La música es la pasión de mi vida y disfruto mucho con ella.  Ahora estoy metido en un sueño: grabar mi primer disco. Estoy muy agradecido a muchísima gente.

 ¿Qué instrumentos tocas?

La guitarra desde los 8 años. He tocado la acústica y la eléctrica más que la clásica. Me va más la acústica.

 ¿Tocas solo o en un grupo?

Toco solo. Pero cuento con gente que me acompaña en los conciertos. Para la presentación del disco quiero hacerlo con banda, que llena mucho las canciones.

  ¿Has tocado ante un auditorio?

Sí, sí, sí. En muchos sitios. Algunos especiales: por ejemplo presenté las canciones yo solo en el teatro Apolo de Almería. Era la primera vez que me invitaban.

  ¿Has hecho algún disco?

Lo tenía en maqueta previa, pero éste es mi primer disco. Tiene 7 canciones y lo he grabado en Madrid.

 ¿Qué tipo de música te gusta?

La música en general. Me gustan todos los estilos: el rock, la música clásica. Reducirse a un estilo es perderse vida. La música se expresa de muchas maneras y estilos distintos.

 En Altera Zaragoza buscamos noticias originales del mundo alternativo e independiente de Zaragoza. ¿Se te puede calificar de independiente?; ¿Tu música es alternativa, distinta, original?

Sí, he tenido muchas influencias, pero quiero que mi música sea algo distinto a lo que he oído.

 ¿Dónde ensayas?

En casa.

 ¿Debería haber subvenciones para cantantes que comienzan?

Sí, porque los comienzos son muy duros.

 ¿Crees que cuesta mucho ser un cantante conocido?

Claro que cuesta, pero eso es una consecuencia. Lo más importante es primero disfrutar de tu trabajo y sobre todo cuidar mucho a la gente que te escucha. El público es lo más importante. Igual que a mí me gusta que otros artistas sean cercanos –yo escucho su música- a toda la gente que escuche mi música estoy agradecido, porque ellos son la causa de que yo siga haciendo canciones.

 ¿Qué crees que hace falta?

Perseverancia y no rendirse nunca. Cree en tu trabajo y déjate el alma.

  ¿Cómo ha afectado, según tú, a la música la aparición en Internet?

Hay de todo. Por un lado ha sido muy positivo respecto a la forma de difundir la música, de comunicarte tú con la gente -cosa fantástica, mejor invento para la música por el momento-, pero también hay una cosa mala, que es lo que más daña la música: la piratería. Es una vía muy fácil para robar. Robo no penado, como si robaras algo en una tienda. Una forma de robo como otra cualquiera. Es lo que más daño puede hacer a la música.

 ¿Subirías gratis a la red tus canciones? 

No, de la misma forma que no le pediría gratis a un pintor que me pinte la casa. He participado en conciertos benéficos. Me parece genial. He hecho muchos voluntario, pero cuando voy a ver un concierto me gusta pagar la entrada, porque es una forma de reconocer la labor del músico.

 ¿Qué piensas de los derechos de autor?

Me parecen muy bien. No obstante, según el precio que haya que pagar. Gente con pocos recursos también tienen el derecho a disfrutar de la música. No hay que abusar a la hora de poner precio a los derechos de autor. Me parecen bien, algo justo.

Héctor, moviendo su melena, sale con brío de la cafetería de Filosofía donde hemos hecho la entrevista. Ojalá tenga suerte con sus proyectos profesionales y artísticos. Es un ejemplo más de una juventud alegre y comprometida que tiene mucho que aportar a una sociedad muchas veces sin ideales, como los que Héctor encarna.